En una villa de las afueras de Birmingham, Inglaterra, un 24
de noviembre del año 1886 llegó al mundo un hombre que trabajaría sin descanso
para replantear la medicina y buscar remedios que ayudaran sin dolos a los enfermos.
¿Su nombre? Edward Bach, un inglés que definió un modelo médico-psicológico que
en la actualidad, a pesar de los avances en medicina, cada vez se entiende más
desde la propia ciencia y gana prestigio por la simple vía del testimonio de
las personas que lo siguen.
El doctor Bach seleccionó 38 remedios a raíz de flores de
campo, de cultivo y de agua de manantial, con los que abarca los estados
negativos mentales provocados por las enfermedades. Estos remedios son los
conocidos como Flores de Bach y ganan adeptos cada día. Numerosos profesionales
de las diferentes ramas sanitarias trabajan con la obra de Bach y expertos en
ella organizan talleres formativos para las numerosas personas de diferente
condición que confían en estas esencias, así lo reconoce José Salmerón Pascual,
psicólogo y terapeuta esencial, sin olvidar, además, de advertir que los
remedios “deben ser dirigidos por un especialista: médico, psicólogo, terapeuta
esencial o terapeuta floral”.
Viaje a las emociones
La obra del doctor Bach trabaja desde el plano emocional.
Aporta comprensión sobre el problema e información interior sobre la forma de
resolverlo.
(Fragmento del reportaje sobre las Flores de Bach que
publiqué en Wapa Magazine)